Las diferentes etapas del antiguo Israel requirieron de fieles hombres escogidos por Dios como profetas para denunciar el pecado del pueblo, además de llamar al arrepentimiento, advertirles del juicio, y anunciarles la esperanza renovadora de los últimos tiempos. Una historia presentada en doce relatos: Samuel, Samuel y Saúl, Samuel y Natán, Natán y Ajías, Elías, Misión de Elías, Eliseo, Isaías, Jeremías, Jonás, Daniel, y Juan Bautista. Hoy precisamos profetas valientes, como los de antes, porque desgraciadamente el egoísmo y la rebeldía todavía permanecen latentes, no sólo en los incrédulos, sino también en buena parte de la iglesia de nuestros tiempos. El llamamiento para esta labor era para entonces y también lo es para hoy: «¿A quién enviaré y Quién ira por nosotros?: Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí» (Isaías 6:8).